Blog col·laboratiu

Aquest blog aplega alguns dels escrits fets pels participants en els tallers d'escriptura de la Raquel Picolo.
Si has participat alguna vegada en algun dels seus tallers i et ve de gust de penjar algun escrit, posa't en contacte amb nosaltres i et donarem d'alta.

diumenge, 12 d’agost del 2018

TEMA: CAFÈ - textos propis


Cafè sol, exprés, descafeïnat, tallat, llarg de cafè i curt de llet, amb llet de vaca, de soja, de civada, d'arròs, cafè calent, tebi o fred, amb sucre, sense o edulcorants. El cafè matiner ben carregadet, el cafè fastigós de la màquina de l'oficina que te'l prens talment com un ritual abans de posar-te a la feina. El cafè soluble per quan t'has adormit per haver passat la nit en blanc, sigui per insomni o per haver gaudit d'una nit juganera. El cafè com sigui dels matins del cap de setmana, tranquil i sense presses, el cafè amb llet o no però sempre ben calent de les tardes fredes d'hivern que escalfa les mans i el cos. El cafè solitari o ben acompanyada. El cafè servit en tassetes de porcellana en llocs i ocasions especials. Aquell cafè que et prens a mitja tarda i que has remarcat que el vols descafeïnat i que estàs pensant tota la nit que aquell cambrer incompetent te l'ha fet amb tota la cafeïna del món, però sobretot sobretot, aquell cafè cru que el meu pare portava de Guinea i que la meva mare torrava amb paciència i l'aroma s'expandia per tota la casa i pel carrer si era l'estiu. Mai més l'he tornat a olorar ni a tastar. 

                                      Mar Bruguera.


EL ÚLTIMO CAFÉ                     


Cuando lo vio entrar en el antiguo Caffe Greco de Roma, donde trabajaba, su corazón se disparó, tuvo que apoyarse en la pared para no caer desvanecida. Él siempre elegante, sin apenas reparar en la belleza del establecimiento se dirigió a la caja, ella se armó de valor y tras el mostrador y antes de que él abriera la boca, le dijo: un café solo sin azúcar y porción de tiramisu.- Se sorprendió y la miró sin reconocerla y más que adivinar sus gustos pensó que la cajera le ofrecía la degustación del día. Recogió su ticket y pausadamente se dirigió a la barra donde mientras esperaba que le sirvieran empezó a ojear la prensa escrita. Estaba de vacaciones y degustaría tranquilamente su café italiano. Se lo sirvieron y lo recogió dirigiéndose a una apartada mesa donde se tomaría el tiempo necesario, no tenía ninguna prisa. Sonaba Wagner.          
Ella lo observaba, tenia ante sus ojos el hombre que años atrás le había destrozado la vida. La noche que lo conoció se brindó a llevarla a casa y desviándose del camino la violó impunemente. Más tarde la perseguiría pidiendo su perdón, prometiéndole cosas que nunca cumpliría, y al saberla embarazada desapareció sin más. 
Ahora el destino quiso que volviera a cruzarse en su vida. Veía como sentía placer en cada sorbo del café que degustaba...ella dibujaba en sus labios una sonrisa pérfida, a cada bocado de tiramisu que el paladeaba, ella agradecía que el viejo local tuviera mata-ratas por prevención. 
Lo vio salir del café. Se acercó a la puerta, sus pasos eran cada vez más vacilantes, se llevó la mano al estómago. Lo vio caer. Se acercó apartando la gente que empezaba a rodearlo y agachada le susurró junto a la oreja: Il mio amore è la mia vendetta.      

                                                             (Mari Vera)

El Caffé Greco, https://www.diariodelviajero.com/europa/el-caffe-greco-el-mas-antiguo-de-roma



EL CAFÉ DE CADA DÍA

Desde que se conocieron solían cerrar el día con un café en alguno de los bares de la zona. Era increíble pero en lugar de insomnio les regalaba paz. Si llovía, generalmente elegían el bar de enfrente, si el tiempo era amable, el cansancio les invitaba a caminar más o menos calles por aquella ciudad despierta, mientras disfrutaban del paseo, siempre de la mano y festejando aquel encuentro. 
Había tantos bares en la ciudad de la luz, que además de variados, cada uno imprimía su atmósfera particular. Por más que pareciera rutinario, las incontables combinaciones daban magia y sorpresa al encuentro. 
Era el momento para contarse las vivencias del día, reflexionar de a dos, soñar juntos y  construir aquella sólida complicidad que tenían. Solo en contadas noches habían suspendido aquel ritual: en días de viaje, por ciertas enfermedades, o si estaban fuera de casa. Pero eran muy pocas, contadas y apuntadas.
Era un premio para los dos, un espacio buscado y mágico donde se reenamoraban cada día. Aquel café tomaba el gusto dulce de un día de festejo, el sabor amargo de algún disgusto, la suavidad de una crítica a hacer, la armonía de una canción al unísono. Pero el gusto terminaba siendo compartido y se  cerraba con gusto a café.
Marga no pudo sostener las lágrimas y lloró de alegría cuando encontró el atado con las libretas de sus abuelos dentro del baúl que le habían dejado como herencia. La historia de aquella pareja y de su familia estaba contada día tras día en aquellos valiosos diarios. Lo emocionante es que habían confiado en ella para guardar aquel tesoro de generación en generación. 

                                (Ale Campos, 6/8/2018)



EL CAFÉ

Era muy popular entre los estudiantes; allí se reunían a dialogar, a estudiar, a crear poesías, a discutir sobre política o filosofía. 
Ya tenían ellos su rincón, que en días previos a exámenes se llenaba, y pasaban la noche; se llevaban hasta mantas para cubrirse las piernas, y entre cigarrillo y cigarrillo, café y café, este grupo de amigos y colegas se nutrían de las más bellas experiencias intelectuales.
Siempre tenían un tema candente para discutir; amantes de las corrientes existencialistas, de la música de Jacques Brel, Georges Brassens, Aznavour, Edit Piaff y de músicos de jazz de la mejor estirpe, transcurrían allí sus años de juventud casi todas las tardes-noches en medio de una humareda y bullicio propio de un reducto de esas características. 
Allí se emparejaban, allí conocían a otros grupos, allí se cuajaron amistades inolvidables. Cada uno de ellos era un personaje digno de conocer; cada uno con su personalidad y características interesantes.
Cuando iban al cine,  "El café" era el lugar de encuentro para discutir sobre las películas después de dejar el cine-arte; daba gusto oírlos hablar, cada uno exponía su parecer y sacaba sus propias conclusiones, y así se enriquecían mutuamente con las películas de Trufeau, Renée Claire, Buñuel, Bergman y todos los cineastas en boca de los intelectuales.
Hace unos días, recién acabadas las clases universitarias, me asomé por allí y comprobé, encantada de la vida, que los hijos de aquellos estudiantes entusiastas de la cultura, ya formaron grupos y disfrutan diariamente de las conversaciones que sus padres interrumpieron y que daban un "caliu" tan especial mientras tomaban "el café" cada día.  
 
                                                              Lola Argamasilla



D’un raig sorrenc

(Antoni Plans)

Si jo fos una tintorera salvatge i sana, 
vosaltres l'aplanada i nerviüda rajada
o afamats taurons, dels millors i més bons, 
allà on la platja ara és breu i postissa, 
amb sorra robada, greixosa, dragada,  
manlleu de la coberta marina dels fons  
enllotats, desaparegudes tantes moles 
de sonsos i xanguets, caçaríem persones 
de malviure gremial, banyistes humanes, 
farcides, plenetes, ànimes d'exportacions 
de beuratges minerals i bombons, darreres 
pobletanes de superurbanitzacions 
impermeabilitzades, amb camins asfaltats, 
cimentades les lleres de les rieres, 
fans de clubs nàutics exclusius, 
cardaires siderals en iots amorrats 
a ports comarcals, amants de burgesies, 
terrestres plaers, amanides amb xocolatines, 
cafè, aigua tèrbola, brut de xampany i blanca cocaïna, 
nuetes, descregudes, sense còfies ni mantellines, 
estranya elit, emmirallada, bruna, rostida, 
just per mossegar fort, endrapar bé 
i deixar constància de l'immens mal 
que a la natura del món ens fan.





1 comentari:

  1. Quàntes boniques històries sobre aquest tema! Molt bona producció! És que el café... és el café!
    Lola

    ResponElimina