Blog col·laboratiu

Aquest blog aplega alguns dels escrits fets pels participants en els tallers d'escriptura de la Raquel Picolo.
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diumenge, 29 d’abril del 2018

SENTIR LA PASIÓN - Rosa Muñoz

Era la primera vez que estábamos solos en la cabaña, los otros habían ido a pescar. Sentí ese olor atrayente, una mezcla de humo y tierra del bosque, dulce y húmeda. aquella mezcla me atraía, quería aspirarlo, hundir mi nariz e inspirar ruidosamente su cuello, con libertad absoluta, sin tener que comportarme como una mujer comedida, quería ser la mujer salvaje que sabía que llevaba dentro. Ese olor a naturaleza me sugirió como era él.
Estaba sentada cerca del fuego sin moverme y me dejé llevar por mis pensamientos. Rodrigo daba vueltas alrededor de la sala, como queriendo mantenerse ocupado, hacía esfuerzos por ser amable. Cuando me pasó la segunda copa de vino, intenté retenerlo suavemente con la mirada, él, que estaba inclinado sobre mí, dio un paso atrás cayendo de rodillas al lado mío. Yo reía con gusto, sin disimulo. No soy peligrosa- le dije- al menos no tanto como los animales salvajes que habitan el bosque.
Rodrigó rió también, relajándose, cruzó sus piernas y siguió sentado a mi lado. Sólo se oía el crepitar del fuego y el ulular del viento. Tras un prolongado silencio, surgió de mí un prolongado y ruidoso suspiro, él se volvió hacia mí, mi respiración se detuvo al sentir su mirada tan cerca, noté que me olía también, ya estábamos los dos a la misma altura. Eramos dos animales en celo. Estábamos alerta, nuestra bioquímica se había alterado.
Yo me mantenía rígida e inmóvil. Se dejó caer suavemente rozándome el hombro. Me miró largamente a los ojos, investigué los suyos con avidez y sí, el universo estaba allí, esperándome. Mis labios se toparon con su nariz y la besé, observé su rostro sólido como la piedra y cálido a la vez.
Nos enamoramos sintiendo una maravillosa sensación de gloria. Compartimos nuestro sentimiento con felicidad y vergüenza a la vez. Quisimos avanzar por la vida con los deseos más elevados y con los más oscuros. Con los pensamientos más nobles y los más bajos. No quisimos contentarnos con menos y cuando eso acabó, rompimos.

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